En mi vida al alcanzar las metas que he conseguido, he descubierto que el éxito está más ligado a la mentalidad que a la estrategia. La convicción, la motivación, el deseo y la actitud han sido claves y determinantes.
Nuestro éxito está íntimamente ligado a nuestra capacidad para desarrollar relaciones positivas con las demás personas. Cada uno de nosotros moldeamos nuestras vidas, y la forma que le damos depende en gran parte de nuestra actitud. Este aspecto de la vida es controlable, y si aprendemos cómo controlar y dirigirla, adquiriremos poder sobre lo que nos va a pasar.
Llevemos toda esta reflexión al campo de la crianza y todo lo que esta conlleva. Transmitirles a nuestros hijos esta experiencia es la mejor enseñanza que podemos darles. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo lograr que nuestros niños crezcan con una mirada positiva? Conviértete en su espejo. La clave de la educación positiva está en ti mismo. Los chicos ven en sus padres a un espejo de donde aprender actitudes y valores.
Reeduquemonos por ellos, por nosotros, debemos liberarnos de las etiquetas, tomar confianza en nosotros mismos y empezar a ser felices.